Víctimas del Daesh

La ciudad de Raqqa, en el norte de Siria, fue declarada por el Daesh capital de su autoproclamado califato. Un equipo de ‘Informe Semanal’ ha recorrido las calles de la ciudad. Hace ya casi tres años de la expulsión de sus calles de los yihadistas del Estado Islámico, pero sus habitantes no han podido olvidar los bombardeos en las duras batallas por su control y la brutalidad con la que el Daesh buscó frenar cualquier asomo de disidencia. El reportaje recoge relatos estremecedores, como el de Suria, a cuyo hermano lo mataron porque alguien dijo que había grabado unas palabras suyas criticando al Daesh. Le decapitaron, pero nunca les han entregado su cuerpo. Miles de cadáveres, muchos de ellos sin cabeza, son hallados aún ahora en fosas comunes en las cercanías de la ciudad.
Un equipo de investigadores de Naciones Unidas reúne pruebas para que tribunales europeos y de otras partes del mundo puedan hacer justicia por los crímenes del Daesh. ‘Informe semanal’ habla con ellos en la zona del Kurdistán iraquí, donde mujeres como Ashwaq o Dunia luchan por recuperar las ganas de vivir en campamentos de refugiados. Ellas forman parte del grupo de 6.000 mujeres y niñas yazidíes secuestradas por los yihadistas y convertidas en esclavas sexuales. Un drama al que se suma el de centenares de niños abandonados por ser “hijos del Daesh”, nacidos tras embarazos consecuencia de violaciones y matrimonios forzados.