Sinopsis
Hasta agosto, 53 millones de extranjeros han visitado nuestro país y todo apunta a que, este año, España batirá un nuevo récord de turistas internacionales. Tras la recuperación de la pandemia, los desplazamientos -también los internos- se han disparado y, por eso, el debate ahora está entre el negocio y la saturación, especialmente en los espacios naturales.
Desde algunos sectores, hablan de la necesidad de regular los accesos. Javier Gómez-Limón, de Europarc-España, advierte de que "Muchos espacios pueden morir de éxito. El recurso, que es el que atrae visitantes, muere... muere porque tú estás impactando gravemente sobre las características del recurso que estás promocionando".
Este sábado, Informe Semanal recorre algunos de los lugares donde la aglomeración está impactando: la playa de Las Catedrales (Lugo), el Castañar del tiemblo (Ávila) y, en Asturias, Arriondas con el descenso del Sella o los Lagos de Covadonga. Alejandro Calvo, consejero del Principado, resalta que allí han tenido "picos de más de 6.000 personas de visitantes diarios y, ahora, no es posible más de 3.000. Facilitamos la llegada en transporte público, controlamos el número de visitantes, favorecemos que quien quiera visitarlo lo haga en unas buenas condiciones, pero limitando la presión sobre el espacio".
Pero hacérselo entender a los visitantes, en ocasiones, "es como David luchando contra Goliat", sostiene desde la arena de Las Catedrales Begoña García, de la Oficina de Turismo de Ribadeo: "hay una publicidad que nos viene dada y, a veces, para nosotros, es un trabajo muy, muy complicado". Daniel Vega, alcalde de Ribadeo, insiste en que "hay que hacer comprender que un monumento natural es más que una playa de baño. Y ese es el reto de futuro en el que ya estamos trabajando".
