Sinopsis
En los supermercados desde hace tiempo, los precios del aceite de oliva están disparados y, en Córdoba, una de las principales provincias productoras de nuestro país, encontramos algunas razones, como la reducción de la cosecha. El año pasado, recogieron en Montalbán unas 158.000 toneladas, la mitad de un año normal. Gabriel Montilla, agricultor, confirma que “tenemos unas temperaturas muy altas y la planta antes de secarse se bebe la aceituna que tiene y eso repercute, porque habrá menos kilos, menos aceite". Y, así, dos campañas consecutivas. Además, de la falta de lluvia. Para los agricultores, como explica el investigador del CSIC Tomás García Azcárate, “lo complicado ha sido acumular sequía, heladas, pedrisco... Y, aunque han vendido el aceite más caro que otros años, no compensa. Las cuentas no salen". Los costes de producción han aumentado hasta un 150%.
Pero hay otras muchas razones. La Ley de la cadena alimentaria no se está cumpliendo: ahora mismo, se está pagando el kilo de aceituna de verdeo a 1,15 euros, pero el consumidor –una vez producido y envasado- acaba pagando 6 euros por ese mismo kilo de aceituna. En definitiva, más de un 400% de beneficio para la industria o para la distribución, aunque todos los sectores aluden al aumento de los costes. Las previsiones más optimistas para este año sitúan la cosecha global en torno a las 800.000 toneladas, un volumen insuficiente para satisfacer las demandas de la industria, la exportación y los ciudadanos.
