Sinopsis
Desde Argentina se escuchan voces de alerta. El país celebra el domingo la segunda y definitiva vuelta de las elecciones presidenciales y ninguno de los dos contendientes convence del todo. "Me voy a dejar el alma", ha dicho el candidato peronista Sergio Massa. Juega en su contra la bandera de la continuidad, dado que él es ministro de Economía y no ha logrado frenar la inflación que ahoga a los ciudadanos y que ya alcanza un 142% anual. Enfrente, Javier Milei, a quien apodan "El loco" por su discurso del "arrasar con todo", y que ha logrado llamar la atención de una gran parte del electorado. Se autodefine un "anarco-capitalista", abandera todo negacionismo y representa a la corriente ultraderechista que, hasta este año, no había desembarcado en Argentina como en otros países latinoamericanos. "Pone en juego la democracia en sí y, por lo menos a mí, me perturba bastante", nos cuenta Ivana Szerman, comunicadora.
"Dice las cosas claras. No es un político que haya cometido actos de corrupción". Héctor Espinoza, dueño del bar "Liberty 31" en la conocida "Villa 31" de la capital argentina, tiene claro su voto. Es en barrios como el suyo donde Milei ha tenido una mayor proyección. María Cristina Moyano, jubilada, no cree en ninguno de los presidenciables, pero su día a día podría acabar volcando la balanza porque "los salarios van siempre atrás. La jubilación no alcanza. Nosotros, en 2001, al menos comíamos todos los días". Santiago Manoukian, economista, dice que el próximo presidente tendrá que tener "buena mano para hacer los ajustes que pide el FMI y que la calle y el Congreso no exploten". Porque Argentina acumula ya demasiados años de inestabilidad económica con un presidente, Alberto Fernández, casi desaparecido y una expresidenta y todavía vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, mirando desde lejos... con perspectiva.
