os hijos de los Reyes Católicos no tuvieron demasiada suerte. Juan e Isabel murieron antes de tiempo, Juana pierde los nervios al lado de un marido que no le hace la vida nada fácial. Y ahora Catalina se queda viuda a los ocho meses de matrimonio. Y además, la joven asegura que Arturo no la tocó. Es una viuda virgen.
Óscar Villarroel, profesor de Historia de la UCM, dice que la cuestión era importante. Si el matrimonio se había consumado
La dote se quedaba en Inglaterra
Enrique VII estaba obligado a mantenerla como princesa viuda de Gales
No podía casarse con un hermano o padre del difunto
Si no se había consumado:
El matrimonio era nulo
La dote tenía que ser devuelta
Enrique VII no era responsable de su manutención
"Probablemente, si que fuera virgen" apuesta Teresa Cunillera, asesora histórica de la serie, "porque esa obstinación por no querer que se demostrara, cuando en realidad el serlo le iba a traer tantos problemas."
Óscar Villarroel, sin embargo, contradice lo que hemos visto en el capítulo: "La dueña de la casa de Catalina negó desde el primer momento que se hubiera consumado el matrimonio y dijo que si cualquier médico o matrona quería comprobarlo, podía hacerlo."
El caso es que nunca se llevó a cabo la prueba y muchos años más tade Enrique VIII sacó el tema a relucir para divorciarse de ella. Afirmó que sí se consumó con lo cual su matrimonio no era legítimo.
¿Enrique era la mejor opción ahora?
Catalina, como dice Villarroel, se acaba de quedar en un limbo legal. Hasta el punto de que tiene que empeñar las joyas de su madre para mantenerse mientras se decide qué ocurre con ella. Una vez más los detalles de la serie reflejan lo que ocurrió realmente.
Asumido que la infanta es virgen, llega la hora de negociar. Castilla e Inglaterra saben que les conviene el pacto matrimonial... ¿Con quién la van a emparejar ahora?
Enrique VII la iba a convertir probablemente en una joven viuda que no sería madre del futuro rey porque ya había un heredero
El príncipe Enrique era mucho más joven que ella, pero ella podría esperarle y ser la reina y madre del futuro sucesor
Del matrimonio de Enrique VIII y Catalina de Aragón se ha hablado mucho y todos sabemos cómo termina. Pero algunos historiadores insisten en que, al menos al principio, la armonía reinaba entre ellos. Teresa Cunillera: "Exisitió esa relación. Hay que tener en cuenta que Catalina estuvo viviendo allí muchos años, nueve. Tenían esa amistad."
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