'Ni un pez por la borda'

Este es Hugh Fernley-Whittingstall con un ejemplar de bacalao gigante que más de uno se puede imaginar en los fogones pero que, irremediablemente, acaba de nuevo en el agua como un fardo de basura. Es sólo un ejemplar del millón 300 mil toneladas que cada año se descartan en el Atlántico Norte. Un retorcido efecto secundario de las políticas de cuotas que fija la Unión Europea, pensadas para proteger las especies y que multan a los pescadores si desembarcan en las lonjas pescados protegidos. Para evitarlo, acaban de nuevo en el agua muertos. "Un dia alguien me dijo que la mitad de las capturas en el Mar del Norte se tiraban por la borda. Me pareció una locura y que había que conseguir que la gente lo viera, lo supiera e intentar hacer algo". Después de un año en el Reino Unido, acercando esta realidad a la orilla, protestando ante el Parlamento, o ante la comisaria de pesca en Bruselas, la campaña desembarca en España y otros 11 países europeos para que seamos nosotros, los consumidores, los que pidamos a Bruselas que se acabe con los descartes. Ya van más de 800 mil adhesiones, de las que 30 mil son de España.