El fraude alimentario, ¿un crimen organizado?

Atún inyectado con nitritos, miel diluida con jarabes de azúcar baratos, aceite de oliva virgen extra falso, carne de caballo etiquetada como ternera. La lista de alimentos adulterados es interminable. Se cree que el 10% de lo que comemos está adulterado. Lo que nos hace desconfiar a los consumidores de lo que aparece en la etiqueta y lo que acaba en nuestros platos.

En Italia, sectores enteros de la industria alimentaria están controlados por la mafia. En todo el mundo, las redes delictivas bien organizadas trabajan juntas para entrar en las cadenas de suministro. Criminales, que no dudan en poner nuestra salud en peligro. Las estafas van desde el etiquetado incorrecto intencionado de productos inferiores para hacerlos pasar por productos premium, hasta la sustitución de un alimento por otro completamente diferente.

¿Cuáles son los riesgos para el consumidor? ¿Cómo se puede identificar el fraude alimentario? Y sobre todo, ¿qué se puede hacer para detener este fenómeno en constante crecimiento?