Tal vez dentro de unos años el carbón ya no sea una fuente de energía relevante, pero de momento alimenta nuestras centrales térmicas. El Instituto Nacional del Carbón en Oviedo explora cómo mitigar su impacto ambiental y abre la puerta a un amplio abanico de nuevos materiales derivados de él. En sus laboratorios hallan productos de la brea que se pueden utilizar como frenos para los aviones o experimentan con el grafeno, uno de los materiales que más interés genera en la industria. También estudian el rendimiento como combustible de la biomasa. Y sobre todo, sus científicos investigan cómo reducir el impacto ambiental de las emisiones que produce el carbón cuando se quema para producir energía. La periodista Elisabet Anglarill explora con Fernando Rubiera, director del INCAR, el futuro del carbón como fuente de energía y sus alternativas.
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