El año de explotación y calvario de Marcela, víctima de la trata

Marcela -nombre ficticio- estudiaba derecho y trabajaba en un despacho de abogados. Perdió su empleo y empezaron los problemas. Así comienza la historia de esta brasileña a la que una amiga le propuso un trabajo de limpieza del hogar en Portugal. Una vez allí se encontró con una realidad muy distinta. “Yo le dije que no era lo que me habían propuesto, yo me quiero regresar. Ahí me vino la primera bofetada y amenazó con violar y matar a mis sobrinas”, cuenta. Ese fue el primer día de un año de explotación y calvario. Sin pasaporte, con una deuda de más de 5000 euros contraída con sus proxenetas y sometida a su voluntad, Marcela estuvo ejerciendo la prostitución en Portugal, Sevilla, Madrid…distintos clubs, misma pesadilla. Los daños que provoca esta explotación pueden ser irreparables. Ella logró escapar de la red gracias a APRAMP, una entidad social que lleva más de 30 años trabajando para prevenir y erradicar la explotación sexual y la trata de seres humanos. Según la ONU el 44% de las víctimas de trata son explotadas sexualmente. Es la principal finalidad de esclavitud en el mundo. España es el tercer país del mundo que más prostitución demanda y el primero de Europa. Se estima que el 90% de las mujeres que ejercen la prostitución en nuestro país son víctimas de trata. Es la esclavitud del siglo XXI.

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