Sinopsis
Inspirados en el aislamiento que sintieron las parejas durante los confinamientos en China por la pandemia de COVID19, un grupo de licenciados chinos ha creado un dispositivo robótico de silicona que permite a las personas besarse, a pesar de estar separadas. El dispositivo, llamado "Long Lost Touch" en inglés, ha sido fabricado por la empresa Siweifushe, con sede en Pekín, y registra los datos de los besos de los usuarios mediante sensores de movimiento y los envía a un dispositivo emparejado situado lejos. La máquina puede calentarse ligeramente a medida que el usuario besa, para dar un toque más de realismo.
Zhao Jianbo, el artífice del invento, dijo que se le ocurrió la idea cuando tenía una relación durante la COVID19 y no podía ver a su novia a menudo debido a los estrictos y prolongados encierros. Estudiante entonces de la Academia de Cine de Pekín, decidió centrar su proyecto de fin de carrera en resolver la falta de intimidad física en las videollamadas y más tarde creó la empresa.
Lanzaron su primer producto el 22 de enero de este año, con un precio de unos 260 yuanes (unos 35 euros). Dos semanas después de su lanzamiento, la empresa había vendido más de 3.000 máquinas de besos y recibido unos 20.000 pedidos.
Para utilizarlo, los usuarios deben descargarse una aplicación, emparejar dos máquinas de besar y conectar el dispositivo con forma de labios al puerto de carga de su smartphone, que utilizan para hacer videollamadas.
