Autoridades de Ciudad Juárez piden a migrantes venezolanos que se vayan a un albergue

Cerca de mil migrantes venezolanos permanecen en un campamento improvisado en una de las orillas del Río Bravo, frontera entre México y Estados Unidos. Han quedado asentados después de que el pasado 12 de octubre, el Gobierno estadounidense modificase su protocolo migratorio: facilitarían permisos de trabajo para hasta 24.000 venezolanos que entrasen al país en avión y con un patrocinador laboral, y detendrían a quienes no cumpliesen estos requisitos y les devolverían a México.

Las autoridades de Ciudad Juárez han pedido a los desplazados que abandonen los asentamientos y busquen refugio en albergues públicos. Dos de los motivos principales tras su petición son: la ola de frío, que podría afectar a los niños y mujeres embarazadas que que habitan el campamento; y el peligro ante un posible incendio causado por alguna fogata en el campamento.

A pesar de que varias personas ya se han ido a intentar cruzar la frontera estadounidense para formalizar su situación, otras mil permanecen en el campamento entre fronteras a la espera de poder entrar en el país norteamericano.