Página 2 - El blog - El impostor - Los bestsellers

Vaya por delante que admito tener ciertos prejuicios. No son exagerados, pero los tengo. Aunque no especialmente relacionados con el mundillo literario, donde los hay, y de qué manera.

Uno de los que detesto, es el que define a los bestsellers como literatura basura. Y en ese calificativo caben las historias con acción, terror, sexo, enigmas y final feliz, y aquellos libros que venden mogollón y, cosas de la vida, no cumplen con los requisitos para ser considerados alta literatura.

Vilipendiemos pues a Stephen King, J.K. Rowling, Ken Follett y Stieg Larson, por citar algunos. ¿O estos no? Porque muchos escritores sufren el escarnio de una parte de la crítica por el simple hecho de triunfar con historias ligeras.

Ahí está Dan Brown, que ha sido capaz de colocar su Código da Vinci en 80 millones de hogares de todo el mundo. 80 millones de ejemplares, que se dice pronto.

Supongo que a Dan Brown lo de las críticas negativas le debe importar más bien poco y eso que cada año se lleva un buen número de ellas.

Pero hay más, muchos más. Paulo Coelho, con 150 millones de libros vendidos y una cuenta de twitter que para sí quisieran muchas estrellas del rock, recibe palos a diestro y siniestro a pesar de ser el autor de cabecera de grandes figuras del cine, la música y la política. Las críticas negativas hacia la obra de Coelho convergen en definir sus libros como simples y sin talento literario.

Y qué decir de nuestro fenómeno patrio Carlos Ruiz Zafón, uno de los autores españoles más conocidos allende nuestras fronteras. Su obra se vende con éxito en 50 países y ha logrado meterse en la lista de los más vendidos varias veces.

Pero a pesar del éxito y de la sabiduría del refranero ("nunca serás profeta en tu tierra") estoy seguro que Zafón no debe estar acostumbrado a recibir comentarios hirientes sobre su obra.

A pesar de los ejemplos que acabo de exponer, supongo que todo esto debe sorprenderle a Javier Sierra, que en 2006, con La cena secreta, fue el primer escritor español en aparecer en el top ten de la lista de bestséllers más vendidos de los EEUU, elaborada por el prestigioso New York Times.

No hay ni tiempo ni espacio para detallar lo que es y lo que no es alta literatura, pero al menos que dejen de machacar con la cantinela de las cifras de ventas o deberemos tildar de maldito bestseller El Quijote, Historia de dos ciudades o El guardián entre el centeno.

Y es que manda narices, que uno deba pagar un peaje por triunfar comercialmente. Literatura comercial versus literatura de calidad. Un debate que provoca cierta urticaria.

Y más cuándo, en ocasiones, el mero hecho de ser publicado en una u otra editorial, te califica para los restos.

¿O es que editoriales literarias no tienen también en sus catálogos esa mal llamada literatura comercial? ¿Jugamos a imaginar que hubiera pasado si, por ejemplo, Planeta o Plaza y no Salamandra hubieran publicado El abuelo que saltó por la ventana y se largó, gran éxito de la pasada temporada?

No están los tiempos para ponernos estupendos. Y sí para conseguir que los lectores entren en las librerías, a comprar lo que quieran. Y que aquellos que ni por asomo leen, algún día descubran que tener un libro entre las manos, aunque sea un bestseller, no provoca enfermedades ni tiene contraindicaciones. Y esto no es una impostura. El impostor