El domingo 31 de Octubre tendremos que atrasar los relojes una hora. A las 3 de la mañana volveremos a las 2, y entraremos otra vez en el horario de invierno. El objetivo de esta medida, que en Europa empezó a implantarse durante la Primera Guerra Mundial, es ahorrar energía. España adoptó esta medida en 1974, coincidiendo con la primera crisis del petróleo, y desde el año 2000 todos los países de la Unión Europea cambian sus relojes el último domingo de octubre, para pasar al horario de verano el último domingo de marzo. Debatimos sobre este ahorro y las molestias que puede causar en las rutinas personales con Vicente Aupí, Periodista; Ignacio Buqueras, Presidente de la Comisión Nacional para la Racionalización de los horarios españoles; Antoni Díez-Noguera, Coordinador del Grupo de Cronobiología de la Universidad de Barcelona; y Karin Mollo-Christensen, Periodista noruega.
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