Cuando hablamos de contaminación solemos pensar en el aire que respiramos, pero hay otra contaminación tan peligrosa, aunque menos conocida: la contaminación acústica. ¿Sabían que el ruido, a parte del consabido insomnio, puede provocar estrés, fatiga o ataques de corazón? En las ciudades nos hemos acostumbrado a convivir con el ruido del tráfico, las sirenas de bomberos o ambulancias, e incluso con el zumbido del aire acondicionado del vecino. Todo ello, más allá de la simple molestia es una fuente de enfermedades. Por esta razón han nacido asociaciones contra la contaminación acústica, cuyo objetivo es proteger y asesorar al ciudadano de las causas y efectos del ruido, que no son pocos. Entrevista a Lluís Gallardo, Presidente de la Asociación Catalana contra la Contaminación Acústica.
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