Sinopsis
Ramón Tamames, miembro de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, acaba de presentar la 26ª edición de la 'Estructura económica de España', un libro de referencia durante seis décadas en materia de economía. Esta semana en 'Plano General', dirigido por Jenaro Castro, hace un repaso de toda su trayectoria moviéndose entre el conocimiento histórico y el relato de numerosas y divertidas anécdotas.
Tamames considera que Adolfo Suárez fue el mejor presidente de la democracia y, como exmilitante del PCE, afirma que la figura de Santiago Carrillo "es discutible", y que la de Dolores Ibárruri, la Pasionaria, "es sólo un recuerdo". Asimismo, habla con especial cariño y nostalgia del histórico sindicalista Marcelino Camacho, con el que compartió vivencias en la cárcel.
El catedrático de estructura económica y expolítico confiesa su debilidad por Ava Gardner, a la que conoció porque su padre era el médico del torero Luis Miguel Dominguín, que fue amante de la actriz. Cuenta que se vio con ella en Londres, y explica por qué en su casa, un auténtico museo, hay dedicatorias de Picasso y Pío Baroja.
Como comunista que evolucionó a postulados liberales de centro, afirma que por fin "intuye a Dios", y elige como su punto de referencia la llamada ecuación de Dios que muchos identifican con la fórmula de Albert Einstein, padre de la teoría de la relatividad, según la cual la energía es igual a la masa multiplicada por el cuadrado de la velocidad de la luz (e=mc2). Tamames dice no tener miedo a la muerte porque la considera "la puerta de una experiencia".
Ramón Tamames se somete a todas las secciones del programa: La semblanza (dedicaba al aspecto biográfico de los invitados en la que ha elegido al articulista de opinión y amigo Raúl del Pozo), Sala de prensa (en la que los personajes hablan de asuntos de actualidad), En un rincón del alma (relativa al aspecto humano de los entrevistados), Primer plano (en la que el personaje se somete a un test de reflejos e ingenio) y El muro (en la que el personaje entrevistado deja una frase firmada de su puño y letra como filosofía de su propia personalidad).
