El británico Mo Farah, campeón mundial de 5.000 metros, revalidó su título europeo con una vuelta final demoledora para colgarse la primera medalla de oro en disputa en los 21 campeonatos de Europa de atletismo. En el estadio donde, hace 60 años, el checoslovaco Emil Zatopek escribió una de las páginas más brillantes del atletismo al ganar los títulos olímpicos de 5.000, 10.000 y maratón, Farah ha logrado una victoria más modesta pero psicológicamente valiosa a un mes vista de los Juegos de Londres.
Jesús España, campeón de Europa de 5.000 metros en Gotemburgo 2006 y subcampeón en Barcelona 2010, llegó muy corto de preparación, sin una sola carrera este año en la distancia, y terminó vigésimo, incapaz de seguir el ritmo de los mejores desde mitad de prueba. Manuel Penas fue el mejor español, décimo, y Javier Alves acabó duodécimo.
La medalla de oro estaba adjudicada de antemano. Farah, que ya hizo historia en los Europeos de Barcelona 2010 al lograr el primer doblete británico del fondo (5.000 y 10.000) y también en los Mundiales de Daegu al convertirse en el primer campeón británico de 5.000, venía con una marca 16 segundos mejor que la del siguiente europeo, un margen de seguridad confortable.
En una final directa masiva (25 atletas) Farah se puso a la cola, y eso que en la final mundialista de 10.000 metros de Daegu aprendió a no minusvalorar a ningún adversario. Aquél día, el etíope Ibrahim Jeilán surgió por sorpresa para arrebatarle la medalla de oro.
El ruso Anatoliy Rybakov puso tierra de por medio con un primer mil en 2:42.45. A partir de ahí el italiano Daniele Meucci avivó el ritmo en el grupo. España, que estaba el último, progresaba a duras penas.
Mediada la carrera cambió Polat Kemboi Arikán, turco nacido en Kenia, que aligeró el grupo. A seis vueltas del final Farah tomó la cabeza, seguido del azerbaiyano Hayle Ibrahimov (bronce en Barcelona 2010) y de Arikan. Jesús España seguía sufriendo, en su primer 5.000 de la temporada y se cortó definitivamente al cumplirse el cuarto kilómetro. Su tercera medalla no iba a ser posible ya.
Farah e Ibrahimovic escucharon el toque de campana hombro con hombro, pero el británico metió la directa en la última curva y se presentó en meta con una marca de 13:29.91 y diez metros de ventaja sobre el alemán Arne Gabius (13:31.83), dejando a Arikan (13:32.63) un bronce como consuelo.
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