"Los fondos públicos no deben dirigirse a particulares o multinacionales. Deben invertirse en educación, energía, limpia, tecnología, infraestructuras para que empresas y trabajadores puedan cumplir su tarea". Así ha justificado el presidente de EEUU, Barack Obama, su apuesta por eliminar las actuales desgravaciones fiscales que benefician a las grandes fortunas estadounidenses. Los republicanos y algunos legisladores de su propio partido abogan por que se prolonguen esas deducciones creadas durante la Administración de George W. Bush -que expiran el próximo mes de diciembre-, pero Obama ha rechazado esa posibilidad. "Quieren que tomemos prestados 700.000 millones en los próximos diez años para dar un recorte de impuestos de cerca de 100.000 dólares a gente que ya es millonaria", indicó el presidente estadounidense.
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