Los rebeldes libios han desplazado su gobierno transitorio a Trípoli para intentar comenzar a gestionar el país mientras continúan luchando contra los fieles a Gadafi.
"Proclamo el comienzo del trabajo del ejecutivo en Trípoli", ha declarado Ali Tarhouni, miembro del Consejo Nacional de Transición (CNT) desde la capital. El movimiento es visto como un paso crucial para evitar divisiones en el país, fragmentado por diferencias regionales y tribales, principalmente entre el oeste (Trípoli) y el este (Bengasi, hasta ahora sede del CNT).
En una entrevista, Tarhouni ha subrayado que el nuevo gobierno espera reiniciar las exportaciones de petróleo en un plazo de dos o tres meses, y volver a la máxima producción en un año. Mientras Gadafi volvía a dirigirse a sus seguidores para pedirles que libraran las calles de las "ratas" de la oposición, las esperanzas de un final rápido a los seis meses de guerra se están viendo frustrados. En Trípoli, un número indeterminado de combatientes pro-gubernamentales, posiblemente algunos centenares, según Reuters, continúan disparando en las calles y asediando a los rebeldes. Incluso han bombardeado el aeropuerto, que está en manos de la oposición.
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