Sinopsis
El cambio de la temperatura corporal les pasa a reptiles como el lagarto verdinegro. Al no tener que invertir energía para mantener la temperatura constante, porque esta depende de la del ambiente, anfibios y reptiles no necesitan comer a menudo, hasta el punto de que pueden pasar muchos días sin alimentarse. Es la ectotermia, que también les permite tener un tamaño reducido; mientras que no hay casi mamíferos de menos de 4 centímetros, podemos encontrar lagartos de la medida de una moneda de un euro, ¡e incluso más pequeños!
Aunque no es el caso del lagarto verdinegro, que puede alcanzar los 13 centímetros y pesar unos 20 gramos. Generalmente toma el sol sobre hojarasca seca, troncos o rocas. Como es ectotérmico, busca activamente los sustratos más calientes y la orientación que le permita captar más calor. En los meses más fríos, en los días frescos, y a primera y última hora, se instala en superficies inclinadas para que los rayos de sol le den de la forma más perpendicular posible.
El ciclo vital del está condicionado por la temperatura ambiental, así que es más activo de marzo a octubre. En estos meses caza, los machos luchan entre ellos por las hembras, y nacen las crías. Su temperatura corporal media es de unos 31 grados, pero puede oscilar ¡nada menos que entre los 18 y los 43!
La velocidad que alcanza depende directamente de esta temperatura. Si está a 25 grados, puede correr un metro por segundo. Y si está a 35, recorre casi el doble. Así que si sus presas lo ven tomando el sol ¡más les vale empezar a esconderse! En las épocas más frías, los lagartos se limitan casi exclusivamente a mantenerse vivos con el poco sol que les llega. ¡Se han llegado a encontrar ejemplares con temperaturas corporales de 7 grados! Eso sí que es tener la sangre fría…
