Con una altitud que varía entre 500 y 1.300 metros, este espacio de La Rioja presenta un alto grado de biodiversidad con hábitats representativos de la montaña media ibérica. Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) desde 1999 y Zona de Especial Conservación (ZEC) en 2014, esta zona está formada por un conjunto de roquedos que marcan la transición entre el Valle del Ebro y el Sistema Ibérico, en los que se encajan los ríos Leza, Iregua y Jubera, y sustrato formado por conglomerados, calizas y yesos. Los bosques de encina, quejigo y rebollo cubren las laderas. También hay algunas manchas de haya en las umbrías y de pino laricio y pino silvestre repoblado en las zonas más degradadas.
Entre los 13 hábitats que alberga la zona hay 2 de interés: vegetación gipsícola mediterránea y pastizales xerofíticos mediterráneos de vivaces y anuales.
En los cortados rocosos de caliza o conglomerados rojizos anidan buitres, alimoches, águilas reales, halcones y búhos reales. Los ríos albergan buenas poblaciones de trucha común, barbo colirrojo, mirlo acuático, visón europeo, nutria y desmán ibérico.
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