Sinopsis
Los años pasan pero hay cosas que parece que siempre han estado ahí...como el detergente, la crema de manos o los yogures...
Y lo cierto es que muchas de las antiguas marcas han desaparecido, pero en cambio hay otras que se han hecho fuertes con el tiempo... e incluso han logrado penetrar en el imaginario colectivo con algún anuncio mítico como el del turrón que siempre vuelve a casa por navidad o el de las muñecas que se dirigen al portal.
En este último caso, pocos saben que las muñecas de Famosa es el acrónimo de Fábricas agrupadas de muñecas de Onil sociedad anónima, y precisamente es en este pueblo alicantino, Onil, donde se conservan las muñecas más televisivas de la historia: “aquí están Kiko y Carol, que aún caminan tal y como lo hacían en el anuncio”, nos explica Teresa Durá, directora del Museo de la Muñeca de Onil, un espacio que alberga más de dos mil figuras de todos los tiempos. “Onil es el pueblo de las muñecas desde hace más de 100 años, y aquí se siguen produciendo el 90% de las muñecas con las que juegan los niños y niñas españoles…hay más de 20 fábricas”, nos explica mientras vemos una colección inmensa de Nancy, Lucas, Nenucos y Barriguitas…
Las pastillas Juanola son otro ejemplo de éxito. Creadas en 1906 por el farmacéutico barcelonés Manuel Juanola Reixach, esta fórmula a base de regaliz sigue vendiéndose como rosquillas y pasando de generación en generación.
Las zapatillas deportivas, la plastilina, el scalextric o algo tan supuestamente simple como la fregona, siguen marcando generaciones y formando parte de nuestro día a día... "yo me he hecho viejo y calvo, pero mi invento de la fregona sigue igual 50 años después", remata Jordi Vila, creador del ensamblaje de la fregona con el palo.
