Sinopsis
Es España convive un crisol de confesiones religiosas y cada una de ellas tiene sus ritos y tradiciones. Las peculiaridades de cada culto y creencias traen consigo el crecimiento de muchos negocios específicos. Ya no es nada raro encontrar en los supermercados comida halal avalada para la comunidad musulmana o kosher para los fieles de la religión judía.
La comunidad musulmana en España se acerca al millón y medio de fieles que quieren vivir de acuerdo con su fe, de ahí que el negocio relacionado con los productos aptos para musulmanes esté en auge. En la provincia de Córdoba por ejemplo, hay un matadero de animales orientado a la Meca y donde se sigue la doctrina del Islam en cuanto al tratamiento de alimentos se refiere. Otro ejemplo lo encontramos en el madrileño bazar Casablanca, que vende ropa de diferentes países árabes, y que ha visto incrementadas sus ventas en los últimos años.
En el Monasterio de Montserrat el turismo religioso genera ingresos de 20 millones de euros.
El catolicismo es la religión más numerosa de nuestro país y con tradiciones muy arraigadas como las peregrinaciones a lugares santos. La montaña de Montserrat en Barcelona recibe a miles y miles de visitantes de todo el mundo. Alrededor del culto a la Virgen se gestionan negocios como hoteles, ventas de recuerdos y productos típicos que generan ingresos de cerca de 20 millones de euros al año.
Las agencias especializadas en viajes religiosos saben que la fe mueve montañas pero sobretodo mueve miles y miles de euros. Paquetes vacacionales con destinos a Tierra Santa, Roma o Polonia, país natal del pontífice Juan Pablo II, son los más demandados por los peregrinos de la fe.
"Ora et labora". Trabajar para sobrevivir
Pero no todo este tipo de negocios dejan grandes beneficios. El convento de Nuestra Señora de la Alconada en localidad palentina de Ampudia quisiera reconvertirse en una hospedería turística. Las monjas que están a su cargo saben que esa es la única manera de sobrevivir y mantener en pie un edificio que necesita reformas urgentes que nunca llegan. Mientras eso no ocurra, las 4 hermanas que aún viven en el edificio, comercializan sus propios dulces para poder sufragar los gastos del día a día.
Otro tanto le ocurre a la comunidad de monjes cistercienses de San Isidro de Dueñas. Todas las mañanas cuelgan el hábito para trabajar en la explotación ganadera que les permite mantenerse. De puertas adentro y cuando la jornada con las vacas ha terminado, los monjes siguen con la rutina monástica aplicándose a rajatabla el ¿ora et labora¿ de la regla de San Benito.
'No sólo de fe vive el hombre' es un reportaje de Carlos Enrique y Sara Boldú.
