Cortar las pechugas de pollo abriéndolas y formando un gran filete, retirar la piel y el exceso de grasa, golpear ligeramente para agrandar. Colocar sobre cada filete de pollo una loncha de pavo, un plátano pelado y un picadillo de dátiles.
Enrollar las pechugas y atar con hilo bramante, disponer en una bandeja de horno, sazonar con sal y regar con vino blanco. Hornear a 180ºC durante 35 minutos. Pelar el apio y las cebollas, cortar en tiras finas y sumergir en leche durante 20 minutos, escurrir, enharinar y freír en aceite caliente.
Majar en un mortero el diente de ajo, la albahaca, los piñones y la pimienta negra, agregar poco a poco el aceite hasta obtener una pasta densa, rallar el queso rallado y continuar majando. Sazonar con sal y reservar.
Cortar las pechugas en lonchas de medio cm. de grosor. Pintar con una brocha el majado del mortero. Acompañar con las tiras crujientes de cebolla y apio. Servir caliente.
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