La sensación de que el régimen de Muamar al Gadafi estaba acabado y que el inicio de la transición podía ser cuestión de horas, que era el lunes general en casi todas las instancias diplomáticas del mundo, es menos clara este martes.
La aparición de Saif Al Islam, hijo y heredero político del coronel, en las calles de Trípoli con un mensaje de que todo estaba bajo control, ha causado desconcierto y sorpresa general, y ha venido seguida de un recrudecimiento de los combates en la capital.
Diversas fuentes informan de violentos combates cerca del complejo presidencial de Bab Al Aziziya, donde se supone que puede esconderse Gadafi. Una de las explosiones ha causado el pánico entre los periodistas extranjeros alojados en el hotel Rixos, cercano al complejo.
En el resto de la ciudad, los francotiradores disparan contra combatientes y civiles, y los habitantes de muchos barrios se han organizado por su cuenta para proteger sus bienes y sus vidas. Los hospitales están desbordados, según afirma la BBC.
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