22 puntos en 23 jornadas.
El peor bagaje desde el último descenso a Segunda B.
Un déficit de cuatro puntos respecto a la temporada pasada a estas alturas.
Esta es la situación después de la derrota en El Alcoraz.
El Tenerife compitió con un aspirante al ascenso directo, en el campo del mejor equipo como local de la categoría, pero acabó perdiendo por sus errores.
El Huesca aprovechó dos faltas de concentración, en dos centros laterales, para remontar el gol de Aitor Sanz.
El equipo de Baraja se adelantó en el 4, después de una buena puesta en escena, pero enseguida su falta de contundencia defensiva permitió el empate, y en el 18 también facilitó el 2 a 1.
En la segunda parte el Tenerife buscó el empate y controló los contragolpes del Huesca, pero le faltó definición y determinación para poder marcar, según Baraja.
El Tenerife es víctima de su fragilidad e inocuidad.
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