Sinopsis
Alemania hará obligatoria la vacuna para los sanitarios y para quienes estén en contacto con personas vulnerables. Y se pondrá la tercera dosis a los mayores de 18 años. La situación en el país preocupa a las autoridades sanitarias, que advierten de que, si no se actúa, las navidades serán terribles.
Lo advertían los virólogos desde septiembre: la cuarta ola se acercaba y Alemania miraba para otro lado. La pandemia de los "no vacunados" (son un 33% de la población), da cifras nunca vistas hasta ahora: más de 65.000 nuevos contagios en un día, 337 de incidencia a siete días, 265 muertos.
Pero Alemania, en plena tormenta, tiene un canciller con un pie fuera y un aspirante a canciller con ideas distintas. Merkel, sin decirlo abiertamente, a favor de medidas drásticas. Scholz, y los partidos que previsiblemente van a formar gobierno, no quieren saber nada de confinamientos generales o cierre de la economía o de las escuelas.
El Bundestag ha cambiado la Ley para que respaldar a los Länder cuando impongan restricciones a la libertad de los ciudadanos: obligación de vacuna o test en el puesto de trabajo y en el transporte público, limitación de contactos, obligación para las empresas de ofrecer teletrabajo.
Si hubiera más gente vacunada, no sería necesario adoptar estas medidas, dice Merkel, pero la situación es muy dramática. Así la califican también los médicos de cuidados intensivos. Ahora mismo hay 3.500 enfermos COVID en las UCI, pero cada día se suman 100 y con estas cifras de nuevos contagios, en tres semanas muchos hospitales, sobre todo en el Este y en Baviera, pueden estar colapsados.
Foto: EFE/EPA/CONSTANTIN ZINN.
