Fue un periódico deportivo quien organizó el Tour de 1903. Seis etapas y un primer vencedor, Garin, de profesión deshollinador. En aquellos tiempos heróicos, casi tenían que añadir remos a los pedales, y los obstáculos a superar eran mayores, de lo que podamos imaginar. Sólo las dos Guerras Mundiales interrumpieron un Tour que, al incluir la montaña, comenzó a forjar su leyenda. Con las carreteras llenas de público, surgían mitos como Anquetil o Merckx. Años que fueron también los de Bahamontes y Ocaña. Aun así, dramas y hazañas de sus 100 ediciones la mantienen como la más prestigiosa de las vueltas ciclistas: todo un escaparate para Francia con 1.000 millones de espectadores en todo el mundo, además de una caravana que multiplica por más de 7 los beneficios en publicidad.
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