Es una simulación de cómo se interceptó el avión. Dos cazas turcos escoltan al aparato sirio, obligándolo a aterrizar en el aeropuerto de Ankara. El Airbus, que hacía la ruta Moscú-Damasco, sobrevolaba su espacio aéreo. A bordo, una treintena de pasajeros, entre ellos 17 rusos. Según las autoridades turcas, los servicios de información habían alertado de que transportaba carga de uso no civil. Según la prensa turca, se trataría de piezas para fabricar misiles o equipos de telecomunicaciones militares. Moscú ha pedido explicaciones a Turquía, a la que acusa de poner en peligro la vida de ciudadanos rusos. Además ha cancelado la visita de Putin a Ankara prevista para el lunes. El avión permaneció nueve horas retenido, mientras duraba el registro en el que se decomisaron una decena de cajas de gran tamaño. La compañía siria dice que el material incautado es eléctrico y acusa a Turquía de trato inhumano y agresiones a la tripulación. Y todo esto, agrava la ya delicada relación entre Turquía y Siria por los incidentes de las últimas semanas a ambos lados de la frontera
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