Venir a Berlín a bajar los tipos de interés debía ser un trago personal para Jean Claude Trichet en su última reunión como Presidente del Banco Central Europeo. Desde aquí se le ha acusado de traicionar los principios del Banco Central comprando deuda pública y con la inflación al 3% en la Eurozona podría interpretarse como otra traición al pricipio fundamental del Banco Europeo. Trichet ha dejado la papeleta a su sucesor, el italiano Mario Draghi.
A cambio, Trichet, ha sacado el resto de artillería del Banco Central para luchar contra las tensiones de los mercados financieros: el estrangulamiento del crédito.
Los bancos europeos tendrán garantizada la liquidez, ha dicho Trichet. Se abre otra vez la barra libre para créditos a plazo de un año, para dar a los Bancos desahogo y el Banco Central volverá a comprar cédulas hipotecarias garantizadas.
Flanqueado por el Presidente del Banco alemán, uno de sus críticos, Trichet ha agradecido que le haya reconocido su trabajo garantizando la estabilidad del Euro.
Pero también ha recordado que los políticos europeos no han estado a la altura: desde el Banco asuminos nuestra responsabilidad, pero no podemos sutituir a los gobiernos.
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