Internet está acabando con el correo convencional. Y, como cada vez se envían menos cartas, en Bélgica se están planteando que los carteros asuman nuevas tareas. Entre ellas, leer los contadores de luz y del gas. Los afectados no están muy entusiasmados con la idea. En Anderlecht son las seis y media de la mañana. Desde hace una hora la actividad es constante en este centro de distribución de correos. Incesantemente entran y salen coches para llevar la correspondencia a sus destinos. 115 trabajadores se afanan para que todo esté perfectamente ordenado. Existen cuatro instalaciones como esta que atienden a todos los usuarios de Bruselas. Desde hace tiempo, al servicio postal y no sólo al belga, le ha salido una tremenda competencia: internet. "Se intercambian muchos correos electrónicos y las cartas se van olvidando. Poco a poco está disminuyendo el correo normal", admite Mohamed que lleva trece años en este trabajo. Lo cierto es que en Bélgica se están planteando dotar de nuevos cometidos a los carteros. Además de llevar la correspondencia hasta los buzones, en el futuro podrían aprovechar el viaje para leer también los contadores de la luz. De momento es sólo una idea que, además, no ha sido acogida con mucho entusiasmo por los carteros que afirman que su jornada ya está bastante cargada solo repartiendo las cartas.
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