Berlusconi se someterá a otra cuestión de confianza y si la pierde, tendrá que dimitir. Porque la Cámara rechazó las cuentas de 2010, y la Constitución obliga a que sean aprobadas. Lo que sucedió fue, más que una explosión, una implosión. En el propio grupo de apoyo al gobierno, hubo sonoras ausencias a la hora de votar, entre otras, la del Ministro de Economía, cuyas relaciones con Berlusconi soportan temperaturas bajo cero. Sólo en dos ocasiones anteriores se había perdido esta votación. En los años 80, con gobiernos presididos por Giulio Andreotti y Giovanni Goria.
Y ambos tuvieron que dimitir. Berlusconi se ve, de nuevo, al límite. Mientras su grupo busca subterfugios jurídicos para volver a votar la ley, el Presidente de la República le exige que demuestre si puede seguir gobernando. Lo hará presentando un documento político, que se convertirá en un voto sobre el gobierno. Y será la segunda cuestión de confianza para Berlusconi en esta legislatura. La anterior la superó en diciembre del año pasado pero sólo por 3 votos.
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