La represión de las manifestaciones indígenas en Bolivia contra una carretera que atravesaría la Amazonía está pasando factura a Evo Morales. El proyecto se ha paralizado, pero las protestas continúan. Buscamos las claves para comprender el conflicto. En la Bolivia de hoy, hay una carretera que está abriendo brecha entre el presidente Evo Morales y algunos de los pueblos originarios que le apoyaron como dirigente del país. En el Parque Isiboro Sécure viven 64 comunidades nativas y dejó de ser un espacio protegido cuando, en 2008, el gobierno boliviano dio su visto bueno a una carretera que lo atravesará completando el corredor comercial entre el Atlántico y el Pacífico, entre Brasil, que financia el proyecto, y Chile. Llegado el momento de la construcción, diversas organizaciones indígenas y sociales marchan en contra. Denuncian una mayor exposición al saqueo de las tierras y de los recursos. La semana pasada, la tensión explota cuando la policía interviene para dispersar a los manifestantes. En La Paz, las poblaciones afectadas llaman "vendidos" y "asesinos" a quienes apoyan la carretera, como los productores cocaleros.
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