Con los planos bajo el brazo, los abogados han entrado en el Madrid Arena por la puerta F14. Según los testigos, precisamente en esta zona se estaba celebrando un multitudinario botellón. Una vez dentro, lo primero, la pista central. Si tres vomitorios estaban ocupados por el escenario, otro por el camerino y dos puertas estaban cerradas, quedaban tres salidas de dos metros de ancho cada una. Lo asombroso es que no hubo mayor desgracia de la que hubo. Todos han coincidido al describir la sensación de agobio que han tenido en el pasillos donde se produjo la avalancha. "Los techos son muy bajitos, tanto en la cota cero, como en el piso de arriba, lo cual da una sensación de más agobio, lo que yo entiendo que el día de los hechos con la gran cantidad de gente que había debería de ser angustioso". Tras la visita, las acusaciones han insistido en pedir la imputación de los dos médicos que estaban al cargo del Madrid Arena la noche del 31 de octubre. La policía trabaja con más de mil horas de grabaciones y en los próximos días tendrán acceso a ellas el juez, la fiscalía y las acusaciones.
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