Llevar una manzana en la mochila al entrar en Chile, un bocata de pollo al aterrizar en Australia o un paquete de jamón ibérico al pisar suelo norteamericano puede hacer que nuestro viaje empiece con mal pie. El tema de la comida es fácilmente previsible. De hecho en las páginas web de las aduanas de casi todos los países viene perfectamente identificado lo que puedes llevar a ese país y lo que no puedes llevar a ese paíspueden libremente acceder a tu equipaje y ver lo que llevas, incluso retirártelo y quedárselo. En esta web del Ministerio de Asuntos Exteriores encontramos todas las recomendaciones por países. Las imprescindibles: tener la documentación en regla, contratar un seguro de viaje y uno médico y apuntarnos en el Registro de Viajeros. Una herramienta clave en casos de emergencia. En los meses de verano en estas oficinas de asesoramiento jurídico han llegado a recibir 160 consultas al día de españoles con problemas en el extranjero. Y si vamos a circular fuera de la Unión Europea es necesario tramitar el carné de conducir internacional. Éste demuestra en varios idiomas que somos aptos para conducir y facilita el trato con las autoridades policiales locales.
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