La península de Crimea continúa su complejo proceso de transición después de que el pasado mes de marzo se independizara de Ucrania y poco después se uniera a Moscú . Los crimeos rusos lo viven como una auténtica liberación. Y dejan constancia siempre que pueden, como ocurrió el 1 de mayo. Ese día, la celebración de su unión a Rusia sustituyó a las reivindicaciones laborales y sociales. La euforia patriótica se desbordaba, de nuevo, el día 9 con la visita a Sebastopol del presidente ruso, Vladimir Putin. Los crimeos rusos lo aclamaron como a un héroe. Para las minorías ucraniana y tártara la situación es complicada. Unos han optado por marcharse de la península, otros tienen las maletas preparadas por lo que pueda pasar. También hay quienes han decidido quedarse y ver qué ocurre.
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