Fuera de Rusia, el espíritu de Navalni sigue muy vivo. Alemania es el país que le cuidó cuando le envenenaron y donde planeó junto a su equipo su...
15/03/2024 00:01:19Fuera de Rusia, el espíritu de Navalni sigue muy vivo. Alemania es el país que le cuidó cuando le envenenaron y donde planeó junto a su equipo su gesto más valiente, regresar a Moscú. En Berlín, en los estudios de televisión del Bild, encontramos a Maksim Kurnikov, periodista exiliado con un programa que escuchan un millón de rusos. Se escribía con Navalni en prisión y en cada carta, recuerda, el mismo mensaje: "Cuánto puede hacer una sola persona, no un partido o una organización, cada uno de nosotros podemos hacer algo".
Para Kurnikov no son importantes las urnas, sino el día después. "¿Los periodistas europeos, los gobiernos europeos van a llamar a Putin presidente el 17 de marzo?", se pregunta.
Lanza esta pregunta en una Alemania que ya no es la del canciller Schröder abrazado a Putin o la de Merkel, que lo apostó todo al gas ruso. Hoy la relación es tan fría como muestra imagen de Scholz en el Kremlin, pero en Europa nadie habla tan claro como lo hacía Navalni.
"Era muy peligroso para el régimen porque era y es un símbolo de esperanza. Era y es el símbolo de que Putin tiene miedo", explica Kurnikov. Y ese, asegura, es el legado que Navalni deja a todos los rusos que quieren y necesitan otro país.
FOTO: REUTERS/Stringer
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