La reforma de la Política Agraria Común persigue un reparto más justo y equilibrado de las ayudas. El cómo se entiende este principio incuestionable está en el centro de muchas disputas. Bruselas defiende igualar las ayudas a nivel nacional, independientemente de cuál sea el cultivo o el territorio. Es ahí donde choca con España, Francia o Italia. Nuestro país parte de la base de que hay que apoyar más a quien tiene más dificultades. Pero hay más frentes abiertos. La Comisión Europea quiere potenciar la agricultura ecológica, condicionando un 30% de las ayudas directas al cumplimiento de determinados esfuerzos. España pide que se reconozca a olivares, viñedos, cítricos y hortalizas sus méritos medioambientales. Nuestro país defiende también las ayudas a dos sectores sensibles, tabaco y algodón, y el retraso en las liberalizaciones de azúcar o viñedos. Las organizaciones agrarias reclaman un acuerdo que evite la reducción de las ayudas que perciben los productores. La jornada ha comenzado con el intento protagonizado por tres ecologistas de desplegar una pancarta ante los ministros de Agricultura que llegaban a la reunión. Han sido detenidos por el servicio de seguridad.
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