El submarino, el autogiro, el futbolín, la fregona o el chupa-chups. Son inventos españoles que salieron adelante.
Pero lo cierto es que la gran mayoría pasan desapercibidos y no llegan ni a patentarse. La Oficina Española de Patentes y Marcas registró el año pasado menos de 6000 solicitudes de patentes. Pocas en comparación con otros paises. Por cada solicitud que se tramita en España, se tramitan 8 en Alemania y 20 en Suiza. Y es que entre la idea y el invento, hay un complejo camino que solo algunos se aventuran a recorrer. Todos los objetos que nos rodean tienen su origen en una idea, a veces una simple ocurrencia. Pero son muchas más las ideas que no logran traspasar la barrera que separa la teoría de la práctica, los inventos que se quedan en proyecto.
Solo unos pocos consiguen triunfar.
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