El Gobierno francés quería un informe detallado sobre las finanzas públicas. Y el Tribunal de Cuentas ha respondido con advertencias. Faltan entre 6.000 y 10.000 millones de euros para acabar este 2012 con un déficit del 4,5 por ciento. Pero lo más complicado llegará el año que viene: el objetivo previsto es dejar ese déficit en el 3 por ciento, y para ello será necesario un ahorro de 33.000 millones. Eso, revisando a la baja el crecimiento hasta el 1 por ciento. Esfuerzo, dicen, similar al realizado antes de la entrada en el euro. El Tribunal de Cuentas apuesta por congelar los sueldos de los funcionarios, y también cree difícil evitar un aumento del IVA, aunque sea temporal. Un tabú para el Ejecutivo socialista, que quiere derogar la subida del llamado IVA social de Sarkozy, prevista en principio para otoño
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