La identidad y la esencia del bandoneón casi perdida
14/08/2012 00:01:41No hay milonga que se precie que no cuente con la sonoridad profunda del bandoneón. El bandoneón llegó desde Alemania, en barco, como un inmigrante más, en las últimas décadas del XIX. Y, enseguida, supo adaptarse a las emociones de un tango que, entonces, comenzaba a marcar la vida de los locales de vida alegre del puerto de Buenos Aires, en los arrabales bañados por el Río de la Plata. Con nostalgia, los viejos maestros hablan de una identidad y una esencia que se han perdido. El maestro Mederos empezó a tocar en los 40, con tan sólo 5 años. Y, mientras disecciona ante nosotros un "Doble AA", el "Stradivarius" de los bandoneones, que se dejó de fabricar durante la II Guerra Mundial, nos habla de la importancia de transmitir este legado musical. La fórmula para empezar a tocarlo, dice: ser honesto y amarlo.
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