Un mes y medio después de ser detenido por sorpresa en el aeropuerto JFK de Nueva York, Dominique Strauss-Kahn ha quedado en libertad con cargos pero sin fianza en un giro dramático del proceso contra él por la presunta violación de una camarera de hotel en una decisión que puede tener amplias consecuencias políticas.
Durante ese periodo de tiempo, Strauss-Kahn se ha visto forzado a dimitir de su cargo de director gerente del Fondo Monetario Internacional y se ha visto apartado de la carrera para ser candidato a las elecciones presidenciales franceses de 2012, para el que era el favorito de los sondeos.
La imagen de Strauss-Kahn, de 62 años, saliendo del tribunal de Manhattan de la mano de su mujer, la periodista Anne Sinclair, con una sonrisa de aoreja a oreja resume hasta qué punto la decisión de este viernes puede ser el inicio de la rehabilitación del político socialista francés, para el que sus compañeros galos ya piden su vuelta a la primera línea política.
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