La Policía francesa investiga el tiroteo de Toulouse, en la que el lunes fueron asesinados tres niños y un adulto en una escuela judía, en relación con los asesinatos de tres militares ocurridos la semana pasada. Los tres casos se han unificado en una única causa por terrorismo, y se cree que puede tratarse de un crimen racista.
Según informa Luis Miguel Úbeda, corresponsal de RNE en París, una de las pistas que investiga la Policía es la de que se trate de un militar o paramilitar de ideología racista. Tres militares franceses fueron sancionados en 2008 por fotografiarse haciendo el saludo nazi, y que tenían también tatuajes alusivos a esta ideología. Una mujer testigo de los crímenes asegura que el hombre podría tener una cicatriz o tatuaje en la cara.
En los ataques anteriores, los objetivos fueron militares también pertenecientes a minorías étnicas. La primera víctima mortal, el 11 de marzo en Toulouse, fue el sargento de paracaidistas Imad Ibn-Ziaten, de 30 años y origen magrebí. El día 15 fueron asesinados en Montauban, a 50 km de Toulouse, el soldado Mohamed Legouad, de 26 años, y el cabo Abel Chenoulf, de 24, miembros del 17º regimiento de paracaidistas, también de origen norteafricano. Un tercer soldado, herido en este ataque, es de origen antillano.
Los investigadores creen que al menos una de las armas usadas por el individuo frente a la escuela judía, una pistola del calibre 11.43, fue también utilizada en los otros ataques, y que el ciclomotor en el que huyó era también el mismo.
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