En Catalunya hay algunas bodegas, como la de Raimat, en Lleida, y otras, que han decidido esperar a que llegue la noche para vendimiar. Dicen que asi ahorran y también que así se conservan temperaturas y aromas.
A las diez, las máquinas vendimiadoras se ponen en marcha.Trabajarán hasta octubre. Aseguran que, de noche, el mosto llega más fresco a la bodega, donde debe ser refrigerado. Alli se acaba bajando la temperatura a unos 15 grados y no sería lo mismo recogerlo al mediodía. Con el frescor, también se preserva el aroma.
Durante la vendimia en la finca Raimat trabajan unas ochenta personas. Confían en que esta sea una buena temporada. Por culpa del granizo, la producción ha caído un diez por ciento. Esperan recoger 20 millones de kilos de uva.
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