Los cuerpos de las víctimas mortales del accidente de autobús en el que 28 personas, 22 de ellas menores, fallecieron el pasado martes en el cantón de Valais, al sur de Suiza, serán repatriados este viernes a Bélgica "lo antes posible". Bélgica vive un día de luto nacional y se guardará un minuto de silencio a las 10 de la mañana tras el que repicarán las campanas de todas las iglesias belgas. "Nuestro país vive uno de sus momentos más tristes. Tres meses después de la catástrofe de Lieja, nuestro país es golpeado duramente de nuevo. Vivimos una tragedia nacional", dijo el jueves el primer ministro, Elio Di Rupo, ante un pleno especial del Senado en recuerdo de las víctimas.
Está previsto que tanto en Lommel (al noreste de Bruselas) como Heverlee (norte de Bélgica), las dos localidades en las que se encuentran las escuelas de los niños involucrados en el accidente, se instalen capillas ardientes.
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