Orden de evacuar las zonas a nivel del mar. Nueva York se preparaba anoche para convertirse en una ciudad fantasma: comercios, escuelas, teatros... todo cerraba. Incluso la bolsa. Y el transporte público, fundamental en una ciudad con casi 20 millones de habitantes. Sandy llega a una semana de las elecciones y después de matar a más de 60 personas en el Caribe. Y en el peor momento: porque la marea está muy alta, y eso, unido a las lluvias torrenciales, puede hacer que el nivel del agua suba más de tres metros. A 375.000 vecinos de las zonas más bajas les han ordenado abandonar sus casas. Nueve estados están en alerta. Entre ellos Washington, que también ha cerrado escuelas y ha suspendido el transporte público. Las autoridades han repartido sacos de arena y prevén utilizar generadores para hacer funcionar las luces y semáforos de la ciudad. A Sandy la llaman la tormenta perfecta:
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