El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, visitó este domingo a las víctimas del tiroteo de un cine en Colorado, que causó 12 muertes, y ofreció apoyo a las familias, aunque evitó cuestionar las leyes que permitieron al tirador adquirir todo un arsenal.
Obama llegó el domingo por la tarde en el Air Force One para una breve parada en Aurora (Colorado), ciudad donde se produjo la masacre, y antes de marchar para eventos de campaña en California y Nevada visitó a heridos y familiares de algunos de los doce muertos en el hospital universitario de Colorado.
El presidente charló y reconfortó a las familias acompañado por el gobernador de Colorado, John Hickenlooper, y tuvo tiempo para visitar a pacientes en la unidad de cuidados intensivos del hospital. "He tenido la oportunidad de dar algunos abrazos, de derramar lágrimas y también de compartir risas", indicó el presidente, quien recordó que "incluso en los días más oscuros la vida continúa" y el país piensa en ellos.
Obama felicitó a los médicos, equipos de emergencias y agentes de policías encargados de este complicado caso desde el viernes por su "gran coraje y determinación".
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