El Papa Benedicto XVI hacía pública su intención de renunciar ante los cardenales reunidos en el consistorio ordinario esta mañana, "después, leía en latín, de haber examinado su conciencia ante Dios y con la certeza de que sus fuerzas, debido a su avanzada edad, no están adaptadas a los retos del pontificado". Es una posibilidad que contempla el Código de Derecho Canónico, que establece que esa renuncia es válida, siempre que sea libre. El portavoz del Vaticano ha dicho que su edad es la única razón por la que dimite y que Benedicto XVI no está enfermo ni deprimido. Solo sus mas estrechos colaboradores conocían la noticia, como lo muestra el hecho de que, en el mismo acto, y ante la respiración contenida de los cardenales, el Decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, lamentara públicamente su decisión.
El Papa, que cumplirá 86 años dentro de dos meses, fue elegido el 19 de abril de 2005, y seguirá al frente de la iglesia católica hasta el 28 de febrero a las ocho de la tarde. Después se convocará el cónclave y el Vaticano espera que en marzo haya un nuevo Papa. Federico Lombardi no considera que pueda haber interferencias entre ellos. Cree, conociendo a Benedicto XVI, que actuará con mesura y discreción para evitar cualquier problema de ese tipo.
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