Si las proyecciones del INE se cumplen, España entrará en la segunda mitad de siglo XXI con 1 millón 200.000 personas menos. El número de nacimientos cae. Una crisis de natalidad que viene de otra, la de los 80-principios de los 90. Las niñas nacidas en esa etapa, son las mujeres en edad fértil de ahora, al ser menos, el número de nacimientos no compensará el de defunciones a partir de 2018. Los movimientos migratorios también empujarán la población a la baja, en 2012 se habrán ido 181.000 personas más de las que habrán venido, un saldo negativo que seguirá hasta 2050. Entonces, volveremos a ser un país más acogedor que generador de migración. En los próximos 20 años, sólo crecerá la población en 4 comunidades autónomas: Andalucía, Murcia, Canarias, Baleares y en las dos ciudades autónomas. Las generaciones venideras tendrán un esperanza de vida considerablemente mayor: los varones vivirán unos 87 años, -casi ocho más que ahora- y las mujeres 90 años y medio, seis más que actualmente. En 2052, casi el 40% de la población tendrá más de 64 años. Por cada persona en edad de trabajar prácticamente habría una dependiente; bien porque sea menor de edad, bien porque esté jubilada.
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