Los precios retrocedieron un 0,3% entre julio de este año y el mismo mes del año pasado, según ha confirmado el Instituto Nacional de Estadística. Este dato supone la vuelta del IPC al terreno negativo después de que en abril, mayo y junio lograra mantenerse en positivo. Ésta es la mayor caída de precios desde octubre de 2009 (cuando el índice de precios de consumo registró un descenso fue del 0,7%). Detrás de la bajada de julio se encuentran el abaratamiento de alimentos y bebidas no alcohólicas, la estabilidad de los precios de los carburantes y el retroceso de los de la electricidad, que redujo los gastos relacionados con la vivienda. Si se comparan los precios al consumo de julio con los de un mes antes, se comprueba que cayeron un 0,9%.
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