"Intentó ahorcarme, acuchillarme y me daba patadas sistemáticamente", asegura desde un refugio seguro Ángélika. Es el nombre figurado de una mujer...
Disponible hasta 03-01-2117
27/01/2017 00:01:28"Intentó ahorcarme, acuchillarme y me daba patadas sistemáticamente", asegura desde un refugio seguro Ángélika. Es el nombre figurado de una mujer...
Disponible hasta 03-01-2117
27/01/2017 00:01:28Disponible hasta: 03-01-2117 21:49:00
"Intentó ahorcarme, acuchillarme y me daba patadas sistemáticamente", asegura desde un refugio seguro Ángélika. Es el nombre figurado de una mujer que sufrió la violencia de su marido durante más de una década. Angélika es una de esas mujeres que no entiende la ley que acaba de aprobar el Parlamento, y que despenaliza, en gran medida, la violencia doméstica. Por una abrumadora mayoría, los diputados han sacado adelante una polémica ley que regula cómo castigar las agresiones en el seno de una familia. Si la agresión no causa daños a la salud, y no se repite en el plazo de un año, no habrá delito penal. El agresor no irá a la cárcel, sólo tendrá que pagar una multa de entre 80 y 450 euros. Los defensores de la Ley, como la diputada Olga Balatina, reiteran que los agresores reincidentes irán a prisión. Pero defienden el derecho de los padres a castigar a sus hijos para que se comporten mejor.
El problema es que, aquí en Rusia, la gran mayoría de las agresiones en el entorno familiar, no son de padres a hijos, sino de maridos a esposas.
Según el Ministerio del Interior, cada año mueren en Rusia entre 12.000 y 14.000 mujeres a manos de sus parejas.
Anna Rivina lleva años contabilizando casos y atendiendo a las víctimas desde la ONG No a la violencia. Cuenta que esta ley agravará la situación, porque la justicia no actuará de oficio, sino que las víctimas deberán demostrar ante un juez que han sido agredidas.